Una interfaz cerebro-máquina: ¿la siguiente revolución?

Se estima que contamos con un promedio de 76,000,000,000 de neuronas en nuestro cerebro y cada una de ellas puede tener de 5,000 a 200,000 interconexiones con otras células.

Lo que favorece un alta especialización y con ello la cognición humana como la conocemos. Es imposible pensar en su omnipotencia y no asombrarse.

Algunos ya decidieron que querían hacer más con nuestros cerebros y parece ser que lo están logrando…

Desde 2019 algunas compañías alrededor del globo han dado al clavo al mostrarse interesadas en mejorar nuestra interacción humana condicionada a nuestros dispositivos móviles, para volverla digamos cada vez más “cómoda”.

Elon Musk declaró públicamente su interés en ayudar a mejorar el uso actual que le damos a nuestra preciada máquina cerebral implantando neurochips del tamaño de una batería plana tipo botón a cerdos para controlar su hocico, en un evento grabado y subido a la plataforma de YouTube.

En cada presentación él ha hablando de sus intenciones futuras de convertir dicho chip en una interfaz, para controlar nuestras herramientas digitales como un mando a distancia y haciendo una mención especial a la intención de generar futuros metahumanos de la mano de su dispositivo adherido al cerebro.

Las fechas impuestas por Musk para testear en personas han ido venciendo de caducidad, sin embargo otras empresas como Neuramatrix compañía china creada en el 2019 y Synchron, startup australiana fundada en 2012 que opera en NY y Melbourne, están en el mismo barco y por lo menos ésta última  ya obtuvo a mediados de 2021 autorización por parte de la Agencia de Drogas Estadounidense (FDA) para hacer pruebas con su neuroprótesis llamada Stentrode la cual se implanta a través del sistema de vasos sanguíneos que rodean al cerebro y cuya principal función es ayudar a personas con parálisis severa.

Ya hay algunos pacientes que disfrutan de la endoprótesis australiana para poder comunicarse con el mundo a través de sus computadoras y es fantástico.

Graham Felstead un hombre con esclerosis lateral amiotrófica, es uno de ellos y después de ser implantado pudo comunicarse de forma remota por medio de su computadora, realizando actividades como revisar y redactar su correo y escribir en un chat.

Los reportes aún son preliminares sin embargo estos avances en neurociencias e ingeniería médica son hasta el momento, una promesa que podría volverse realidad para las personas que padecen problemas severos de motricidad.

Y es que según la RAE, una revolución puede entenderse como un cambio brusco y profundo en cualquier cosa y si, para una persona que ha perdido la capacidad de moverse o  comunicarse, la posibilidad de volver a hacerlo es revolucionario.

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